La sonrisa de los niños y niñas africanos es su seña de identidad y no depende de nada concreto, simplemente sonríen a la vida, así afrontan sus preocupaciones y dificultades que no son pocas. Muchos de ellos, no pueden ir a la escuela, porque tienen que trabajar en casa o fuera para ayudar a sus familias. Viven en circunstancias muy difíciles, pero aún así
SONRÍEN,
COMPARTEN,
SE CUIDAN ENTRE ELLOS,
DISFRUTAN DE LAS COSAS SENCILLAS, como una pelota hecha de trapos y
JUEGAN.
Sus miradas y sonrisas son transparentes no muestran maldad, ni egoísmo.
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